Huye de lo común y captura el sabor en la fotografía

«El Restaurante»

 

La fotografía gastronómica, con toda seguridad es una especialidad de gran calibre por demás interesante, atrapa con maestría un resultado extraordinario al lograr que la imagen invite a comer y nos transporte a sentir los olores y sabores de un platillo sin estar presente en la cocina o en el restaurante.

 

Ignacio «Nacho» Urquiza es un gran referente de la fotografía gastronómica. Con 40 años de carrera, sus tomas son un fiel reflejo de la realidad estética y cultural de México.

 

El viaje fotográfico de Ignacio Urquiza comenzó poco antes de iniciar la carrera de Medicina. En ese entonces, él tomaba fotografías para «pagarse sus chicles», y en uno de esos encargos le pidieron viajar a Costa Rica para hacer fotos aéreas para una empresa de fertilizantes, durante esa experiencia comprendió que la foto era su pasión, algo muy lejano a ejercer en un hospital. A partir de aquella experiencia hizo sus primeras fotografías gastronómicas junto a Patricia Quintana (1946-2018) gran cocinera y promotora de la gastronomía en México y el extranjero.

 

Fue en 1986, cuando recorrió nueve regiones de nuestro país junto a Quintana, para el libro The taste of México. En esos años, Nacho recuerda que «tuvieron que crear un lenguaje gráfico, ya que la fotografía gastronómica no existía tal y como la conocemos hoy».

 

«Creamos fotografías de platillos muy originales, en su mero origen, con cocineras y mayoras. Encontramos maravillas en cada estado”, dijo el fotógrafo. Así, durante ese recorrido, Patricia Quintana y Nacho tuvieron que pedir cada platillo «desarmado» para salsearlos, estilizarlos ante la cámara, ya que sólo así podían obtener la imagen que reflejara la tradición del lugar.

 

Años más tarde, tuvo que enfrentarse a una nueva realidad, la tecnológica que más que un enemigo, llevó a autoridades de la fotografía en México a reunirse a principios del año dos mil, «nos costó mucho trabajo a todos los del gremio, en todas las especialidades, ya que veníamos de una escuela análoga, completamente distinta, estábamos acostumbrados a la precisión en el ojo, a los disparos en el momento preciso, porque no había retoque, ¡imagínate!, si caía un pelito de pincel, era un atentado y teníamos que rehacer la toma», menciona en muchas entrevistas.

 

Pese a que la tecnología ha aportado nuevas herramientas al trabajo del fotógrafo, lo que no ha cambiado, de acuerdo con Nacho Urquiza, es el ojo.

 

El buen ojo para transmitir y comunicar no sólo en la fotografía gastronómica, sino en todas las divisiones, ya que lo más importante es «la composición, el balance, la textura y las líneas ocultas en la imagen».

 

«A la foto la vemos de izquierda a derecha. Todos estos secretos de cómo se comporta la imagen no han cambiado en nada, es importante conocer porque así podemos leer la toma, y para que se lea bien, tiene que haber buena escritura, por eso es importante obedecer las reglas de la comunicación en la fotografía, para que el mensaje llegue».
Nacho Urquiza.

 

Para que la fotografía gastronómica comunique, considera que es necesario hablar en tres dimensiones. La primera es, ¿dónde estoy?, ¿en qué estado, pueblo o ciudad se sirve este platillo?, ¿qué le ha pasado a este guiso?, ¿ha evolucionado?, ¿lo han actualizado?, ya que de esta manera la foto va a ser como una cápsula de información; la imagen se tiene que defender sola.

 

Lo segundo es que en esa imagen debe haber temperatura, viscosidad e ingredientes que sean claros a la vista, no debe quedar duda de lo que estás mirando, «en un segundo quien mira identifica y decide si lo come o no».

 

El tercer punto, la fotografía de platillos tiene que hacer salivar, hacer desear estar ahí sentado, en ese muelle o restaurante para probar ese guiso, «eso significa que movió endorfinas, y despertó algo en la mente del comensal que lo transportó. Ese es mi trabajo».

 

«Té Mágico»

 

En el ramo de la publicidad, Urquiza trabaja con la precisión en la iluminación y el control de la imagen, ya que son fotografías para usos específicos, para agencias, y parte de este trabajo fotográfico es crear imágenes para empaques de productos alimenticios, por lo que «no puede haber falla alguna, ya que lo que resulte es lo que va a ver el comprador en cada estante del supermercado, entonces, tiene que ser un mensaje claro y preciso».

 

Tips para fotografías con celular

 

La cámara del celular se ha convertido en el lente fotográfico de muchos, para Nacho, cada día está mejor, ya que son fotos espontáneas y rápidas, sin embargo, se tiene que poner atención en diversos puntos:

 

  • Identificar de dónde viene la luz, ya que la toma se debe hacer a contraluz.
  • Limpiar el lente. La mejor cámara con un dedazo se convierte en la peor.
  • Si no hay buena luz, lo ideal es mover el platillo cerca de una ventana, porque es nuestra herramienta principal, o bien, traer una lámpara.

 

Algunas expos

 

  • 1985. Galería Duraznos 65, México, D.F. 1982 Push Process, México, D.F.
  • 1986. Museo Nacional de Fotografía, Pachuca Hidalgo, México.
  • 2008. Exposición de temporada, Museo del Ayuntamiento de San Miguel Allende, Gto.
  • 2009. Exposición Refracción, Círculo de vida, México, D.F. Galeria Tereza Diaque.

 

Algunos de sus logros

 

  • 1979. Mejor Fotografía, Expo’79, Venecia, Italia.
  • 2004. Mejor fotografía en un libro de cocina. Gourmand World Cookbook Awards.
  • 2009. Mejor libro de cocina local en México. Gourmand World Cookbook Awards.
  • 2016. 1er Lugar en la categoría Mejor libro de Cocina Latinoamericana en los Gourmand Cookbook Award.
  • 2019. 1er Lugar en la categoría Mejor libro Gourmand Cookbook Awards.

 

Ignacio «Nacho» Urquiza  es un fotógrafo que con sus imágenes ha ilustrado más de 150 libros y un referente para todo aquel que quiera ver a la fotografía a través de un ojo que sabe deleitar al paladar con la mirada.

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